ESTADO DE BIENAVENTURANZA

 

      Baba llamó a un monje y le dijo que se sentase en meditación, le tocó sus cakras, especialmente el de lo alto de la cabeza, en la fontanela y el monje cayó al suelo en estado de éxtasis.
         Baba explicó en la lección de ése día que cada mes la glándula pineal segrega dos o tres gotas de una hormona que se llama melatonína y va a parar a la glándula pituitaria. Cuando el aspirante espiritual tiene la mente ocupada en preocupaciones, problemas, miedos, dudas, pensamientos impuros y mundanos, la hormona segregada se quema apenas llega a la glándula pituitaria y el meditador no experimenta ningún estado espiritual o de gracia.
         Pero cuando se encuentra imbuido por pensamientos sutiles, amorosos, de devoción, de ayuda desinteresada, de inspiración, el meditador o aspirante espiritual entra en una bienaventuranza estática durante la secreción hormonal y logra visualizar un aura de divina refulgencia dentro y alrededor de su centro cardíaco, se siente inmerso así mismo dentro de un océano de luz divina y disfruta de una alegría indescriptible y una dulce relación de amor se establece entre el devoto y Dios.

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