Quienes han tomado refugio en la Conciencia Suprema, Ël pensará en su bienestar, y a quienes piensan en su propio bienestar, el Supremo no los ayudara, diciendo que ellos están cuidándose a sí mismos. Pero quienes se han abandonado enteramente al Supremo, el Supremo tiene una responsabilidad especial por ellos. Por lo tanto, se dice que la Conciencia Suprema tiene una responsabilidad especial por los devotos. Es el deber del Supremo guardar el prestigio del devoto, y es el deber del devoto entregarlo todo a Él. Cualquiera sea la energía que esta operando en el flujo universal, o en el flujo material, está supeditada a Él. Por eso, una vez que ustedes hayan establecido lazos de amor con Ël, ya no serán débiles, ni indefensos, ni estarán solos. La victoria estará con ustedes. Recuérdenlo a Él y marchen hacia adelante; La victoria será de Uds. No deben temer a las fuerzas mundanas. Quienes gozan de la más elevada fuerza del Supremo, tienen asegurado el éxito. La victoria será de ellos con seguridad. Que la victoria sea para todos ustedes.

                     "Paramapurus'a")

 

        ¿Carece la Conciencia Suprema de alguna cosa? ¿Quiere Ël nombre, fama, dinero, etc.? Ël no tiene tal necesidad, puesto que todo el universo está dentro de Su Mente; todas las propiedades del universo son Suyas. Pero el devoto verdadero dice: " Oh, Conciencia Suprema, hay tantos grandes devotos y yo soy un devoto ordinario; pero Señor, Tus grandes devotos han robado Tu Mente". Puesto que la Conciencia Suprema ama mucho a Sus devotos, Su Mente ha sido robada por Sus devotos. Por eso Él tiene una carencia, una necesidad. Su Mente ha sido tomada por Sus devotos. El devoto dice: "Puesto que has perdido Tu Mente, Oh, Señor, toma la mía, yo te ofrezco mi mente. Acéptala". Los devotos son muy inteligentes; son más inteligentes que los intelectuales, más inteligentes que la gente de acción.

                   (Discurso en Taipei, Taiwan, 1979)

 

          El devoto dice:"Oh, mi Señor, yo Te amo porque amarte me da placer. No quiero nada de Ti. Quiero amarte porque me da placer". Pero esta no es la forma mas elevada de devoción, el devoto dice: "Oh, Señor, Te amo. Quiero amarte. ¿Y porque quiero amarte? Porque quiero que mi amor Te dé placer. Yo no deseo ningún placer. Yo no Te amo para sentir placer, sino para darte placer a Ti". Y por medio de este tipo de devoción, el Yogui alcanza el contacto más cercano con el Ser Supremo y se vuelve uno con Él. Cuando el amor de una persona es dar placer al Señor y no gozar el placer para si mismo, su mente se metamorfosea en la mente del Señor. Mediante esta devoción, el Yogui se establece en la posición de la Suprema Beatitud. La Persona y su Dios se vuelven Uno.

                      ("El Hombre y su Dios )

 

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