Después de haberse dado a conocer el señor Shiva ante Prabhat, ya en la etapa 
    más tardía de su niñez, Shiva desapareció y Prabhat no volvió a viajar de 
    noche, pero a lo largo de su niñez existieron muchos acontecimientos que mostraban 
    que no era un  niño común, y aunque ya no hacía ese tipo de viajes de 
    noche, desde la más temprana infancia desaparecía de casa durante el día, 
    esto mantenía a sus padres en una constante preocupación. Nadie sabía dónde 
    estaba ni a dónde se dirigía hasta que un día, un cazador le contó al padre 
    del niño una muy extraña historia: dijo que el niño todos los días iba a la 
    jungla que estaba cerca del pueblo y entraba en las partes mas profundas y  
    frondosas y a menudo iba en ciertas noches. 
           
    Muchas veces cuando el cazador se levantaba para ir al bosque de cacería, 
    veía al pequeño saliendo de esta selva ya al amanecer. Este relato del cazador 
    creó asombro en la familia, quien se comprometió a observar más de cerca el 
    comportamiento de tan peculiar personaje. 
           
    Prabhat fue creciendo y se fué volviendo cada vez más serio e introvertido 
    y sus ausencias de la casa se fueron haciendo cada vez más prolongadas y frecuentes. 
  
          
    El mismo cazador, preso de la mayor exaltación nerviosa, fue corriendo a casa 
    del padre a contarle lo siguiente: esa misma tarde cuando terminaba de cazar, 
    salía del bosque y notó que todos los animales pequeños que se encontraban 
    a su alrededor se comportaban de manara muy extraña, de pronto vio venir hacia 
    él caminando un enorme tigre de Bengala y el cazador trepó a un árbol para 
    desde allí arriba verle pasar, pero... no podía dar crédito a sus ojos! cuando 
    el valiente cazador desde lo alto del árbol observaba pasar al enorme tigre 
    de Bengala con el pequeño Prabhat montado sobre su espalda, el tigre subió 
    a una colina y el cazador los contempló hasta que ambos se perdieron de vista. 
    Cuando el niño regresó a casa, el padre le pidió explicaciones acerca de lo 
    que el cazador le había contado... a lo que él simplemente sonrió y dijo que 
    quizás el cazador no lo hubiera visto todo muy claramente. 
          
    Pero no solamente el cazador, sino que algunos muchachos, compañeros de clase, 
    le siguieron un día cuando él se dirigía corriendo hacia el bosque, y le vieron 
    sentarse sobre una tumba, le observaron sentarse calladamente en la tumba 
    por un tiempo y después empezó a hablar con alguien a quien ellos no podían 
    ver. Esto les asustó y echaron a correr hacia sus casas; la historia se divulgó 
    velozmente y ya todos supieron después que Prabhat pasaba horas en la jungla 
    hablando con alguien a quien los demás no podían ver. 
          
    Una de las veces que fue a meditar a la colina de Jamalpur...él cuenta: Me 
    he  sentado en determinado lugar, cuando de repente, alguien musita a 
    mis oídos: "Ven conmigo, yo te mostraré un lugar mejor para tu meditación, 
    sígueme". Yo no veo a nadie, pero sigo a la voz, cuya presencia claramente 
    sentí. La voz me lleva a otro lugar y me pide que me siente a meditar. Después 
    de cierto tiempo en esta postura, esa misma voz se me vuelve a dirigir diciéndome: 
    "¿estás loco? no te dejes perder en las ataduras de este mundo, en este 
    mundo ilusorio". 
  "Tu eres Prabhat 
    Rainjan Sarkar"  "Observa con estas imágenes quien eres". 
    En ese momento comenzó la visión de mis vidas pasadas, se iluminaron claramente 
    mis ojmos y entonces me di cuenta de quien soy. 
          
    En otra ocasión de mi niñez, una columna radiante de luz apareció enfrente 
    de mí y con su refulgencia resplandeciente, abarcaba todos los alrededores, 
    en ese momento yo pregunté: ¿Quien eres tu? inmediatamente llegó la respuesta: 
    ANANDAMURTI. Entonces me di cuenta que esa existencia luminosa, gradualmente 
    se fue sumergiendo dentro de mí. Desde ese momento, YO SOY ANANDAMURTI, descubrió 
    sonrientemente Baba. 
    INICIACIONES 
  
    
     Nadie sabe a ciencia cierta a cuanta gente le enseñó meditación durante 
    su niñez. Pero es que aún siendo niño se le veía en las caminatas nocturnas 
    entrar en la jungla con grupos de personas mayores, monjes, ascetas, ermitaños, 
    anacoretas y renunciantes.