ALIMENTACIÓN
La alimentación es un aspecto fundamental de nuestra salud. Debemos cuidarla con gran esmero para que nuestra salud sea excepcional. Cuando hagamos modificaciones sustanciales con relación a los parámetros establecidos de dieta equilibrada, tendremos que analizar si estos cambios nos acercan o nos alejan a una opción de salud mejor.
Ananda Marga (A.M.) tiene unas pautas alimenticias en las que suprime determinados alimentos a cambio de potenciar el consumo de otros. De esta forma trata de desarrollar y potenciar sus prácticas espirituales a través de la alimentación.
El respeto profundo hacia cualquier tipo de alimentación decidida libremente por un individuo, ya sea por razones religiosas, culturales, deportivas o por cualquier otro motivo, está fuera de toda discusión; pero como dietistas, debemos plantearnos si la opción alimentaria que adoptamos, cumple con los requisitos que debe tener una dieta saludable.
La alimentación en A.M. divide los alimentos en tres grupos según la repercusión que tengan sobre la mente y sobre el cuerpo.
Primer grupo: alimentos Sáttvikos. Son aquellos que tienen propiedades beneficiosas tanto para el cuerpo como para la mente. Este primer grupo incluye los cereales, las legumbres, las frutas, las verduras, los frutos secos y los productos lácteos principalmente.
Segundo grupo: alimentos Rajásikos. Son aquellos que o bien son perjudiciales para la mente o bien son perjudiciales para el cuerpo. Su consumo queda restringido para aquellos que quieran progresar rápidamente en el camino espiritual. Son alimentos Rajásikos los excitantes o estimulantes como el té, el café y el chocolate; el abuso de determinadas especias; el yogur y el pepino por la noche y también determinadas plantas como los rabanillos picantes.
Tercer grupo: alimentos Tamásicos. Son aquellos que tienen una repercusión negativa sobre la mente y sobre el cuerpo y decididamente el aspirante espiritual, según el maestro Anandamurti, debe dejar de consumirlos. Son alimentos tamásicos la carne, el pescado, los huevos, los hongos, los alimentos caducados y algunas plantas como el ajo y la cebolla.
Suprimiendo los alimentos del tercer grupo se pueden cubrir todas las necesidades nutritivas para las personas sanas de cualquier grupo de edad.
Según A.M., las recomendaciones alimentarias para personas enfermas deben ajustarse con prioridad fundamental a las necesidades que tiene el individuo para recuperar su salud.